lunes, 19 de noviembre de 2012

POEMA XLI- MI CORAZÓN BAJO LLAVE. AKASHA VALENTINE.



POEMA XLI- MI CORAZÓN BAJO LLAVE. AKASHA VALENTINE.

Quiero que mi corazón este bajo llave para que el dolor que siento cuando despego tus labios de mi boca no lo encuentre y lo reclame para siempre como su reino. Deseo que esas horas que se enredan en nuestros cabellos como si de arena se tratase no insistan en irse antes de tiempo, para que de esta forma siempre me vea obligado a enredar mis dedos entre tu pelo y sienta cada segundo que permanezco a tu lado. Anhelo con impaciencia esos pequeños suspiros que exhalas, y deseo con impotencia recogerlos con mis propias manos para poder meterlos en botellas de cristal donde tenerlos expuestos para toda la eternidad. Quiero sentir en cada momento tus dedos, embriagarme con el aroma de tu piel para después disipar la duda mientras me hundo en el dorso de tu mano cobijando mis sueños entre tus yemas mientras imagino una vida eterna a tu lado. ¿Qué más le puedo pedir al mundo si tú me has dado más de lo que yo iba a reclamarle?


Son poco valiosas estas palabras, pues su valor no sirve para pagar todo cuanto haces por mi persona y, sin embargo, mis bolsillos vacíos y agujereados viajan sin monedas con las que poder pagarte todo cuanto haces por mí, así que te doy esto, pobres vocablos escritos desde lo más profundo de mi ser, alentados por un alma sensible e impresos con la sangre de mis venas en este viejo papel desgastado. Tranquila, puedes estar segura de que nadie más las tendrá, porque sólo tú eres el motor que me impulsa a escribirlas. Así que cuídalas y protégelas con cariño, oblígalas a ser perennes cuando las siembres y riegues con sonrisas, para que nunca se sientan abatidas por unas lágrimas que intentaré no poner en tu rostro en lo que me quede de vida. Este compromiso que te ofrezco no tiene fecha de caducidad, así que no tendrás que preocuparte porque algún día cuando tus ojos se abran a un nuevo amanecer este cuerpo por el que suspiras ya no este ahí para protegerte como te mereces. Envidio a quienes con sus voces cantan al amor, detesto a aquellos que con sus manos pueden personificar a los sentimientos, pues lo único que tengo yo en mi cabeza son estos paupérrimos términos remendados con hilos invisibles que en cualquier momento pueden desaparecer con un simple golpe de viento.


Es hora de decir adiós. De despedirse de estas molestas palabras para dejar paso a esos besos que con tanto afán espero. Mis emociones revolotean en mi estómago como si de millones de mariposas se tratasen, corro en tu búsqueda porque tengo miedo de perderte entre la multitud, te abrazo con fuerza entre mis brazos, te alzo del suelo y hundo mi rostro entre tus cabellos escondiendo una cara sonrosada por la vergüenza y a su vez encaprichada por la figura que se muestra ante mis ojos. Eres tú, amor, la única persona a la que estoy destinada a amar. Tú, por quien siento que mi mundo se tambalea hasta hacerlo inhabitable, pero a su vez siento que si extiendo mi mano tú eres mi bote salvavidas. Dime ¿es esto real? ¿Todo cuanto siento por ti es capaz de habitar en un corazón humano? O tal vez son sólo falsas ilusiones de un alma incomprendida que busca el cariño a cualquier precio. Son preguntas que no quiero hacer, pero que necesito saber, no ahora, y quizás tampoco mañana, tal vez algún día, cuando encuentres la llave que abre la puerta que da acceso a mi corazón.


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