lunes, 7 de enero de 2013

POEMA XLIV- VENTANAS EN EL ALMA. AKASHA VALENTINE.




POEMA XLIV- VENTANAS EN EL ALMA. AKASHA VALENTINE.

Perplejidad, duda y confusión. Colores que se desvanecen ante mis pupilas cuando intento tocarlos con las yemas de mis dedos. Emociones consumidas, sentimientos ásperos que se cuelan a través de los espacios de mis dedos entreabiertos convirtiéndose en porciones menudas cuyo tamaño me recuerda al de un grano de arena. Las yemas de mis dedos, ahora curtidas por los años, surcan las cicatrices de mi pecho y sangran al entrar en contacto con las espinas que se han formado en torno a mi corazón malherido. Esta noche el tiempo corre en mi contra, por eso he roto la esfera en la que le mantenía prisionero y le he robado a ese viejo reloj sus brazos con forma de agujas metálicas para que no se apresure en anunciar mi adiós antes de tiempo, pues lo único que busco en estos momentos es un poco de luz en este camino de sombras falto de esperanza. Me niego a creer en las palabras que eluden a las despedidas, por eso he tirado de tu brazo y he enrollado mis dedos a la palma de tu mano, estirando más allá de lo creía que podría llegar a conseguir estos grandes brazos para rodearte con ellos y sentirte cada vez más cerca de mí. Me siento turbado cuando oigo tu voz y tus gestos me alejan de ti mientras dejo caer un par de lágrimas para llorar sin que nadie me mire. Quiero volver al ayer, a esa habitación sin muebles, donde nuestros cuerpos desnudos aún siguen empapados por el deseo mientras nos comemos a besos.

Para ti el presente es lo que cuenta, pues eludes mis caricias sujetándome con tu mano y apartándome de ti ladeando tu cabeza para no pueda ver a través de tus ojos a tu propia alma. ¿Qué nos queda de lo que fuimos? Raíces secas aferrándose a su propia supervivencia, recuerdos agolpados en viejas escaleras y sueños aún guardados en desgastadas maletas rotas que nadie quiera usar. Tengo ganas de rendirme, de dejar atrás todo cuanto creía a lo que podría aferrarme para seguir viviendo sin ti, pero estoy cansando de seguir fantaseando en esta utopía donde creo que todo irá bien si me vendo los ojos y no me enfrento a la realidad. Quiero romper este falso decorado y volar lejos de aquí, a un lugar donde el dolor no sepa mi nombre y tampoco recuerde mi rostro. ¿Por qué la felicidad se ha olvidado repentinamente de mí? ¿A quién vas a ver cuando no miro y tus pies corren en busca de nuevos caminos cuyo recorrido desconozco? ¡Dios, que cansando estoy de ser una persona tan vulnerable y débil! En mi mente siempre existe la mima pregunta, que se repite una y otra vez sin cesar y para la que no tengo respuesta pues el mundo que me rodea me ha dado la espalda una vez más y evita hablarme por miedo a sufrir mi mal de amores. ¿Por qué no merezco ser feliz si lo he dado todo por ese sentimiento que no tiene dueño, forma o dirección en la que pueda encontrarle siempre que quiera?

Lo sé, sé que nada de esto tiene sentido para ti, pero para mí es importante poder expresar todo cuanto siento, aunque sea en un viejo papel rasgado cuyo destino finalizará en el interior de mi bolsillo roto. No es que no quiera dejarte ir, es que no puedo hacerlo, significas tanto en mi vida que un solo segundo sin ti es como una muerte prematura. Te confieso que tengo miedo a experimentar nuevas emociones, siempre he sido una persona difícil de complacer, pero desde que te conocí enseguida supe que si algún día tenía que verte partir romperías mi corazón en mil pedazos, por eso he plantado un jardín de rosas cargadas de espinas, para que cuando estires tu mano y vengas a recogerlo te hieras tan profundamente que no tengas ganas de quitármelo y llevarte contigo hasta los recuerdos más hermosos que tengo de ti. Seré una persona egoísta ante tus ojos, un ser indigno de confianza, pero no fui yo quien corrió a refugiarse en otros brazos cuando las cosas no nos iban como esperábamos. Siento a la verdad oprimirme hasta dejarme sin aliento, mi final está cerca, tal vez se haya apresurado, pero ahora mismo todo me da igual, ya no soy el mismo y a ti ya todo te da igual. Ve, corre con él, ese hombre te espera, es lo mejor para ambos, olvídate de mí y deja que muera esta noche consumido por el dolor de tu partida.


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