POEMA XCVII- DARLO TODO POR TI - AKASHA VALENTINE.
Dame con una mirada
lo que no se puede entregar con mil palabras, mientras tus dedos
sostienen mi palma y mi boca callada padece el anhelo de los besos
que por error, o tal vez por un infructuoso descuido, olvidé aquella
mañana bajo tu almohada. Regálame, aun cuando sepas que no lo
merezco, una suave caricia que entre los pliegues de mi camisa se
pierda hasta alcanzar los confines de mi alma. Entregame, mi amor,
ese sueño que tan inalcanzable me resulta, tan imposible de
conseguir, cuando desvías la mirada y la dejas caer como si nada, y
haces que me pregunte una y otra vez por qué el aire que respiro me
parece tan irrespirable. No me dejes nunca con la duda, y mucho menos
te alejes de mi lado cuando quiero mantenerte cerca de mí, ya que si
comenzamos a actuar como extraños nunca podré llegar a decirte lo
que realmente me haces sentir. Pues las emociones que no quedan
explicadas a veces logran desvanecerse como esos sueños a los que
nunca llegamos a darles su verdadera forma. Y así, sintiéndonos
vulnerables, dejamos de ser nosotros mismos para convertirnos en
simples marionetas del destino. Pues aunque oigas a mi voz temblorosa
decir con sinceridad lo que el corazón realmente siente, lo único
que es capaz de reconfortarme es el sentido que dejan tus caricias
en mi piel cuando me tocas; y esa agitada duda que entremezcla las
emociones y que a su vez nos hace ser tan humanos, me hace darme
cuenta que por ti podría darlo todo, absolutamente todo y no recibir
nada a cambio. Vivir con miedo no nos hace más débiles, porque la
verdadera fortaleza reside en los recuerdos, en esa primera sonrisa
que se asoma en el vórtice de tu boca cada mañana, cuando inciden
los rayos del sol sobre tu cara, y ¡ay! Amor mío, como logras
acelerarme sin usar ni una sola palabra; con tan sólo un gesto de tu
cara ya consigues hacer tambalear todo mi mundo hasta que logras
hacerme caer rendido ante tú presencia como si nada más me
importara. Así es como me haces sentir en cada momento, como un
reloj en constante movimiento, volviendo al ayer, como si el presente
todavía tuviera su momento. Si el futuro no lo hemos escrito es
porque estamos disfrutando del ahora, y yo, que sólo vivo porque
eres la única razón de mi existir, me pregunto si no será
demasiado presuntuoso asumir que una vida a tu lado sólo será un
breve momento en las múltiples vidas que me gustaría seguir
acumulando hasta que todos nuestros sueños se hagan realidad. Y
aunque sé mejor que nadie lo mucho que el amor puede llegar a doler,
prefiero sufrir mil veces las heridas de los errores que no tener
ninguna cicatriz en mi cuerpo porque nunca llegué a tener nada
contigo por miedo a ser brutalmente dañado. Por eso sin temor alguno
vuelvo a estar siempre a tu lado, consumido por el sabor de tus
besos, que una y otra vez deseo atrapar con mi boca hasta que los
días se conviertan en años y nuestras ejemplares vidas en historias
que algún día podrán contar las viejas páginas de libros
amarilleados por el paso del tiempo y los años.
- FIN-.
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