POEMA XV- LA TUMBA DE LOS BESOS. AKASHA VALENTINE.
Cariño, quedáte tranquila. Ahora mi alma mora en un lugar dondeel tiempo no significa nada. Los segundos han perdido todo su valor,los minutos pasan sin dejar huella alguna y la palabra hora tan sóloes un nombre que no tiene fuerza en este oscuro y lúgubre lugar. Séque dejé muchos sueños sin cumplir, promesas vacías sin valoralguno, mi voluntad no se opuso a la hora de partir y ahora que ya noestoy a tu lado siento que cometí un grave error. No sé qué puedohacer, o dónde debo descansar, sólo sé que este lugar no es elparaíso que te prometí en vida y no quiero estar más tiempoatrapado en este mundo donde nada tiene sentido. La fatiga esconstante, la pena abrumante, y los recuerdos son tan pesados queapenas me dejan tiempo para respirar. Mis pies, desgastados por lasheridas infligidas por los largos caminos cuyo senderos aún sondesconocidos para mí, me invitan a derrumbarme, a descansar sobreestas desgastadas rodillas que de forma temblorosa me sostienen conesfuerzo.
Mis manos malheridas, cuyos cortes en las muñecas siguensangrando sin cesar, me recuerdan que ya no tengo derecho alguno aexigir un lugar mejor para mi alma, no quise rendirme ante la locuraque gobernaba mi mente con mano firme, pero ¿qué otra cosa podíahacer, si con la genialidad se hereda la enfermedad? Qué error másgrande cometí, amada mía. Ahora me doy cuenta de que si mi amor porti hubiera sido un poco más fuerte nada de esto estaría pasando. Sipudiera tener un único momento, sería para verte de nuevo yhablarte sin palabras, tan sólo con gestos, para decirte cuánto losiento. Sé que tu rostro juvenil y hermoso me mostraría unaexpresión de angustia y dolor, que tus ojos claros como el día secerrarían lentamente para recordarme que no soy digno de vermereflejado en ellos, sé que tu boca no emitiría señal alguna, y sinembargo tu corazón y tus gestos hablarían de forma silenciosa porti. No quiero que este amor que un día llenó tu vida te llene elcuerpo de heridas, no deseo ser el responsable de tu pena, perotampoco anhelo que este sentimiento que un día compartimos de mutuoacuerdo se olvide en un lugar llamado ayer y que pase a serdesperdiciado por tu alma porque no supe grabarlo a fuego en tu piel.
Te confieso, amor mío, que tengo miedo de este lugar, laoscuridad tiene una tonalidad demasiado negra, mis pies no pueden darun paso más y no existe ninguna ventana que me comunique con elexterior para decirte una vez más lo importante que fuiste en mivida. Cariño, comienzo a tener frío, mis brazos cada vez están másdébiles y ya no siento el calor de tu cintura sobre mi cuerpo, creoque estoy comenzado a olvidarte y empiezo a asustarme, date prisa enmorir, amor mío, sé que esta petición te puede horrorizar, eincluso atemorizar, pero siento que si no te lo pido yo tú no laaceptaras de buena voluntad. No me odies por pedirte lo que estoyrogando con gran esfuerzo a través de estas palabras, sé que es elegoísmo lo que habla por mí, pero, mi amor, compréndeme, tan sóloquiero tenerte a mi lado por toda la eternidad. Date prisa, amor mío,la soledad ha venido acompañada de su amigo el olvido, dentro depoco olvidaré tu nombre y la forma en que me emocionaba cada vez quesalía de mi boca para llamarte una y otra vez y tenerte en misbrazos hasta que el día despuntaba en el horizonte.
Akasha Valentine. http://www.akashavalentine.com/akasha/
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