lunes, 6 de febrero de 2012

POEMA XXIII- MARCOS VACÍOS. AKASHA VALENTINE.



POEMA XXIII- MARCOS VACÍOS. AKASHA VALENTINE. 

Pena que en mí habitas, vuela libremente, bate tus alas y busca otro corazón más apenado que el mío para habitar en él, pues mi dolor poco a poco se está apagando como lo haría una hoguera sin leña. Sus manos han vuelto a mí, me aferran con fuerza, me sostienen con delicadeza, mientras mis lágrimas fluyen como torrentes por mis mejillas y mis empañados ojos apenas pueden ver nada. Sin embargo sé que él esta ahí, mirándome sin decirme nada, hablándome con su mirada aunque sus labios estén sellados y no puedan articular palabra alguna. No puedo evitar sonrojarme cuando me mira de esa manera, soy joven e inexperta, y aún así siento que mi vida sin él ya no tendría sentido alguno. Así que retengo en mi memoria su imagen, obligándome a no olvidarle por temor a volver sentir la soledad penetrante dentro de mi imperfecto ser.

Ojalá que sus manos nunca dejaran de acariciar mi piel, pues cada vez que sus dedos surcan el comienzo de mis cabellos siento que estoy más viva que nunca y tengo la terrible necesidad de voltear mi cabeza para mirarle de nuevo aunque él no me este mirando en esos momentos. Sin importar la diferencia de estaciones que nos separan, él no tiene reparo alguno en besar mis vírgenes labios y llevarse consigo mis más humildes sentimientos. No puedo evitar sentirme insegura, pues mi inexperiencia es mi guía y el desconocimiento mi brújula en este nuevo camino que se abre paso a través de la senda del amor. Así que cuando él me habla, yo le creo aunque el desconcierto siembre sus dudas en lo más profundo de mi pecho, pues temo poner en tela de juicio sus palabras y perderle de esta manera para siempre. Y como si una parte de él pudiera leerme el pensamiento, se aferra a mi mano y me desgasta la piel hasta sellar sus palabras con besos inapropiados en las zonas más erógenas de mi piel.

Si me ruborizo él sonríe, si protesto él continúa, y si el desconcierto siembra desasosiego en mi corazón, él no duda en aplastar con una simple mano las dudas que acunan a mis sentimientos y las aterran con palabras nunca dichas por sus labios. Y es entonces cuando me mira y sé que puedo morir en el interior de sus pupilas, pues en ellas hallaré la paz que tanto anheló, el paraíso prohibido para los corazones desdichados. Como si fuera un maravilloso sueño del que no quieres nunca despertar, mis ojos permanecen cerrados, mis manos aferradas a él y mis brazos anclados a su cuerpo, mientras su imagen inmaculada y perfecta me somete a infinitas torturas de amor. No puedo pronunciar su nombre en mitad de la noche y esperar que nada suceda, pues cada vez que pienso en él un calor interno me quema todo el cuerpo hasta hacerme enloquecer. Y le ruego al viento que se lleve mis súplicas y le traiga de vuelta antes del amanecer para yacer conmigo en un lecho de rosas blancas tan puras como la inocencia que aún vive en el interior de mi ser. Somos almas únicas, unidas por cadenas irrompibles, oprimidas por sentimientos asfixiantes y necesarios. Somos una pareja destinada a estar junta por toda la eternidad aunque este acto de amor nos cueste la vida.

Tiempo, señor del conocimiento y de la sabiduría, ten paciencia con nosotros, pues aún estamos descubriendo la fuerza que tienen las palabras en el alma de la persona amada. Basta con una simple mirada para saber lo que desea la otra persona, y sólo necesitamos un beso para acabar fatigados en esta batalla diaria. Qué poderoso es el amor, es como un arma de doble filo, siempre caminaremos de la mano temerosos de herirnos o de volvernos locos, y sin embargo, a pesar de todo, no puedo imaginarme un día sin él, una tarde tranquila sin sus brazos rodeándome el cuerpo. No me pidas que intente creer que puedo existir sin su presencia, simplemente mi vida sin él no tendría sentido alguno. Así que dejanos habitar en un mundo donde las horas no corran en nuestra contra, donde los sentimientos vivan en paz y nuestros brazos estén unidos para toda la eternidad.

Akasha Valentine.  http://www.akashavalentine.com/akasha/

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