POEMA XLV- ¿PUEDO QUEDARME? AKASHA VALENTINE.
Deseaba
describirte en el verso más bello jamás compuesto por el hombre,
pero nunca encontré las palabras adecuadas que rindieran homenaje a
tu persona, así que al darme cuenta de ello emprendí un largo viaje
y anduve sin descanso día y noche por caminos áridos y tierras
heladas, pero no hallé vocal alguna bajo las pesadas rocas o las
escarpadas montañas con la que poder crear una obra maestra digna de
agasajar a tu alma. Cerré los
ojos y escuché al viento pronunciar mi nombre en tu boca, pero
lamentablemente estaba demasiado lejos de ti para volver antes de que
tus lágrimas tocasen el suelo y seguí mi camino omitiendo tu dolor,
manteniendo vivo mi propio sueño, ignorando cuán
crueles pueden ser
los días en los que la soledad nos acecha cuando no estamos con
aquellos a quienes un día dejamos partir. Me
perdí en mi propia ilusión, consumí una gran parte de mi vida
intentando alcanzar un ideal que tuve delante de mis ojos todo el
tiempo y ahora que la madurez se ve reflejada en cada arruga de mi
piel me doy cuenta de que no importa cuántas
veces voltee mi cabeza para dar marcha atrás en el tiempo, las horas
que se han ido no volverán y por eso debo aferrarme a cada segundo
que estoy a tu lado para no perderme en proyectos que nunca saldrán
del puerto de mis sueños.
Llámame ingenuo si quieres, pero aún me sigo emocionando cuando tu rostro se posa sobre mi cara y me deleitas con una tímida sonrisa. Es entonces cuando me vuelve a la mente esa estrofa que nunca supe cómo debía ser escrita para conquistarte y llenar tu vida de una inmensa felicidad que durase eternamente. Siento que soy demasiado afortunado cuando me miras, me tocas, me hablas o simplemente te quedas a mi lado sin decirme nada descansando tu cuerpo sobre mis hombros mientras las estrellas del firmamento nos contemplan. Perdóname por no ser capaz de retener entre mis dedos tu estación preferida, por no entonar como es debido ese soneto que te describe como musa de quien te observa, aunque y a ti lo único que parece importarte es que siga cogiendo tu mano para darme la bienvenida en un corazón puro e inocente como es el tuyo. Cuando te miro me pregunto ¿puedo quedarme contigo? Y a continuación mis lágrimas empañan mis ojos y naufrago en el océano de mis emociones, y de nuevo, sin que te lo pida, vienes para salvarme sin importar el momento o el lugar. ¿Qué puedo hacer si no sé componer ni una mísera estrofa que sirva para engalanar tu infinita bondad? Y una vez más, cuando creo estar perdido en una ilusión rota, me hablas con el corazón en la mano y me demuestras que no necesitas nada más de mí salvo mi lastimera presencia en tu día a día.
¿Puedo llamarlo
amor? O es acaso una osadía por mi parte el
que alguien como yo crea que puede alcanzar un sentimiento tan puro
de una forma tan simple. De verdad, puedo quedarme a tu lado mientras
envejecemos lentamente y los recuerdos se vuelven tesoros privados
cuyo valor monetario es infinito. Tengo
tanto miedo que sin darme cuenta comienzo a sospechar que todo esto
es tan sólo fruto de mi
imaginación, una utopía
irreal creada por un alma hecha pedazos y un corazón roto por una
aspiración que nunca logré alcanzar.
Ahora
que la noche ha
acallado mis temores, me doy cuenta de que en realidad te debí de
hacer mucho daño en el pasado, por eso el simple hecho de
que
sigas me
querido de la manera en la que lo haces dice mucho de ti, aunque sea
la persona menos indicada para expresarlo. Quiero
quedarme contigo, llorar hasta desgastar
todas las lágrimas de mis ojos, quiero sentirte cerca de mí y
someter mi alma a tu voluntad. Simplemente no concibo un mundo sin ti
y aunque me arrepiento de no haberte podido escribir esa oda que un
día en mi alocada juventud te juré,
me quedaré aquí a tu lado hasta el final de mis días, para
escribirte cada noche antes de acostarte una nota que dejaré
debajo de almohada en la que te
elogie
como persona y te agradezca el amor que me
profesas. Esta noche escribiré
sin que lo sepas
mi primera apología en la que te preguntaré ¿puedo quedarme
imperecederamente en tu corazón hasta
el día en que me muera?
Akasha Valentine. http://www.akashavalentine.com/akasha/
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