POEMA ESPECIAL. UNA MELODÍA PARA EL AMOR. AKASHA VALENTINE.
Los sueños no son efímeros, y mi amor por ti tampoco es un sentimiento pasajero que se olvida cuando cierras la maleta y no vuelves a verlo en mucho tiempo. No puedo soltar tu mano aunque ruegues clemencia y espacio, pues estoy casi segura de que en cuanto la libere ya no volveré a verte, y me angustia esa tonta necesidad de estar ahí siempre para protegerte. Ojalá no existiera la palabra adiós en el diccionario del amor porque cuando la oigo pronunciar de tus labios es como una punzada que se clava en lo más profundo de mi alma y me desgarra hasta dejarme sin esencia o ganas de nada. Los momentos más felices de mi vida solamente los quiero vivir a tu lado, porque aunque suene demasiado egoísta y desagradecido he de confesarte que no me importa nadie más si te tengo aquí a mi lado. Aunque nos quedemos sin palabras para intercambiarnos, con los gestos de ternura que nos regalemos cada segundo de nuestras vidas tendremos más que suficiente para subsistir todas las vidas que queramos. Cariño, existe un enorme vacío en mi cama cada vez que me voy a dormir, y sólo puedo pensar en ti y en las horas que aún me quedan por combatir antes de que pueda rescatarte de las temidas garras del tiempo, y aunque debería conformarme con tener tus fotografías plasmadas en papel me siento vulnerable cuando fijo mi mirada en esos ojos que me miran sin poder verme y en esos brazos que tanto deseo que me estrechen hasta dejarme sin aliento mientras muero en ellos crucificada por tus besos y esas palabras que han sido creadas sólo para mis oídos.
¿Cómo puede la gente hablar de separarse cuando la sola idea de tenerle lejos de mi lado ya significa la muerte de mi alma? No me puedo explicar por qué las personas no se detienen durante una milésima de segundo para compartir una caricia o una sonrisa con la persona de la que tiempo atrás se enamoraron irremediablemente. ¿Porque me siento tan vulnerable cuando no tengo noticias de tu persona y veo que el mundo que se abre paso bajo nuestros pies deja correr ríos de sangre con las heridas de aquellos a quienes a amamos? No quiero derramar más lágrimas innecesarias, pero estas amargas palabras me invitan a ello, a que me exprese sin reparo alguno, a que juzgue sin miedo de ser juzgada, a que maldiga a aquellos que nos atemorizan y odie a la muerte por ser simplemente ella, la causante de mis penas y de mis desgracias. Quisiera tenerte protegido de forma constante en el interior de mi corazón, a salvo de todo cuanto nos rodea, pero sé que es imposible atrapar a tu alma y pedirle que de forma voluntaria viva en mi interior de forma eterna, porque entonces esa prisión que con tanto afán y amor he construido para ti con el único fin de protegerte acabaría por volverte loco y terminaría por separarnos aún más. Así que te pregunto, amor mío, con la mano en el corazón y el alma en un puño ¿qué debería hacer para sentirme tranquila aún siendo consciente de que nuestro amor simplemente será como un soplo de aire fresco en este eterno mundo que nos rodea? ¿Qué nos hace a ti y a mi especiales para que Dios nos conceda la oportunidad de reencarnamos hasta el final de los tiempos y nos ayude a encontrarnos sin importar las épocas o los siglos con los que tengamos que lidiar? ¿Qué somos el uno para el otro que nos impulsa a buscarnos día tras día con el único fin de sentirnos completos cuando estamos juntos?
No entiendo las reglas del amor, pues un día llegaste a mi vida sin previo aviso y otro día tienes que alejarte de mi lado porque tu destino te espera para ampliar nuevos horizontes que te harán mejor persona. No puedo lidiar con un futuro tan incierto, pero tampoco deseo dejarte marchar y cargar con el pesado lastre que significa tener un corazón roto. Creo que en el amor no tendría que haber reglas, ni fechas, ni nombres o sexos, simplemente tendrían que dejar que las almas gemelas se unieran para siempre y fueran felices sin importar nada más. Porque al fin y al cabo, amar y ser amado es un regalo al que muy pocos tenemos acceso y si no le damos el valor suficiente o la importancia que se merece al final de nuestras vidas acabaremos por lamentarlo. Así que, cariño, date prisa y deja lo que estés haciendo en estos momentos. Mis brazos te añoran, mis piernas tiemblan y mis labios se desesperan pues están deseando que vengas corriendo hasta mí y te coloques a mi lado para que los beses hasta dejarlos desgastados. Puede que ya me lo hayas dicho, pero quiero volver a oírlo de tu boca, esas dos palabras que me hacen única en tus ojos y especial en tu corazón, quiero ser mecida entre tus brazos mientras me hablas del amor y me cantas esta hermosa canción dedicada a los sentimientos. Quiero que me digas que me quieres una vez más antes de que la luna despunte en el cielo y la muerte se acuerde que aún seguimos vivos y amándonos de la manera más hermosa posible que existe.
Akasha Valentine. http://www.akashavalentine.com/akasha/
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