POEMA LI- DAME UN SUEÑO. AKASHA VALENTINE.
Quiero soñar. ¿Pero con qué? Pregunta una voz interior en mí. Tal vez desee fantasear con la forma de tu mano extendida y la curva que aparentan tus dedos en cada línea. Igual me precipito al pensar de esta manera, así que tal vez lo que realmente deseo es poder perfilar con las yemas de mis dedos esas sombras que crean tus ojos cuando miras hacia otro lado. Es agotador idealizar figuras en la noche, creer que si las mantengo vivas en mi cabeza se harán realidad con la llegada de un nuevo día, pero lo cierto es que deseo que ese momento en el que la oscuridad llega a su punto cumbre todas las ilusiones que un día tracé con esmero en mi mente se hagan realidad para no sentirme tan desesperada ahora que la arrogante soledad sabe donde dormitan mis esperanzas e ilusiones marchitas. Mis inquietos pies juegan de forma intranquila con la áspera sábana y mis dedos se asoman por el borde intranquilos pensando en el amplio abismo que se ha generado al borde de mi lecho donde el suelo parece cada vez más lejano cuando intento llegar a él. Me siento abrumada, o tal vez debería decir atosigada, por esas horas que se pegan a mi reloj como las sombras a la noche. El tiempo que un día pactamos de mutuo acuerdo parece haberse olvidado de mí, así que me refugio en un mundo donde los proyectos no expiran jamás y los deseos no amargan cuando no se logran hacer realidad. Tengo en todo momento la sensación de ser un alma sin destino a la que a nadie le importa donde yazca al final de mis días, pues mi sola presencia ya molesta y mi ausencia no se nota. ¿Porqué nací siendo como soy si lo único que yo anhelo es poder ser alguien a quien la vida tenga en consideración?
Me
fatiga pensar de esta manera. Anunciar libremente mis pensamientos
esperando a que tú los oigas e incluso los recojas cuando más te
convenga. Pensar en eludirte es como pedir al sol que no salga en una
calurosa mañana de verano, me es imposible ignorarte al igual que me
resulta insoportable la de idea de no tenerte entre mis sueños
cuando cierro los ojos y esculpo bellos espacios en los que compartir
a tu lado. Quisiera no pensar de esta manera, no parecer un alma a
punto de desmoronarse, pero así es como me siento cuando te alejas
de mí y ni tan siquiera me dejas una dirección en la que poder
encontrarte cuando más falta me hagas. Tus palabras, aunque cargadas
de falsa amabilidad, son mi tesoro más preciado, con lo que
alimentar a mis malheridas emociones quienes, confusas por mis actos,
no saben qué decisión tomar por sí solas. Por eso deseo soñar,
porque en mis sueños yo no soy un alma frágil a punto de
desmoronarse, no me siento fatigada ni angustiada a pesar de que los
días son como una soga en mi cuello que lentamente va acortando la
distancia que nos separa y se va aferrando con mayor fuerza a mi
persona. Tal vez haya llegado el momento de renunciar a ti, pues es
mi propia felicidad la que peligra en estos instantes, y ya no estoy
segura de lo que quiero, o tal vez tenga miedo de aceptar que lo que
en realidad estoy buscando tú no estás dispuesto a dármelo y esa
idea me angustia tanto que apenas me ofrece espacio para respirar.
Akasha
Valentine. http://www.akashavalentine.com
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