POEMA L- UN CAMINO SIN RETORNO. AKASHA VALENTINE.
He
alzado las yemas de mis dedos con las puntas cubiertas de un color
negro para tocar el cielo que cubre nuestras cabezas. A continuación
he movido los extremos como si de instrumentos de madera se tratasen
con el único fin de pintar ese espacio diáfano que permite entrar a
la cálida luz del día aún cuando no tengo ganas de contemplarla
para después verla quedarse postrada a los pies de mi cama mientras
retira con sus rápidas y afiladas zarpas las sombras que nos cobijan
debajo de las sábanas. He difuminado con mis propias manos cada una
de las gotas que has ido dejando resbalar por tus mejillas, mientras
te obligo a recorrer un camino sin retorno que te lleve hasta lo más
profundo de mi sentimientos para que nunca dudes vaciles sobre el
amor que te profeso. Te he besado sin miedo, pues mis labios se han
anclado en el puerto que forma tu boca y he saboreado con tu lengua
el dulce manjar que produce el cariño cuando dos personas se aman.
He sentido la presión de tus brazos alrededor de mi cuello y he
exclamado un gemido de placer al darme cuenta de cuanto los echaba de
menos. Mi palpitante corazón se ha acelerado y tus palabras de amor
se han pegado a mi cuerpo como si de una segunda piel se tratase y de
la que nunca querré desprenderme.
Me deleito y a su vez me siento abatido cuando me quedo a tu lado mientras el viento ondea tus cabellos y te toca donde yo no llego, mientras me obligo a mí mismo a reprimir emociones primarias que son llevadas en barca por los celos y balanceadas por las inquietudes de la duda y la envidia que me produce contemplar esas manos sin forma que no se cansan nunca y para las que no puedo poner freno cuando estoy delante de tu persona. Este sentimiento que gobierna nuestras vidas es demasiado frágil y quebradizo, siempre insuficiente deseando poder estar en unión con la persona amada. Siento mi propia debilidad cuando no estoy junto a ti. Siento que si no soy reiterativo con mis palabras o gestos te llegarás a sentir incomoda y tendrás la necesidad de hacer las maletas e irte a un lugar donde yo jamás podré alcanzarte, por eso siempre te de diré día y noche cuanto te quiero sin importar lo cargante que llegué a ser. Aunque me rechaces, ya sea con gestos o mediante palabras, yo seguiré estando a tu lado, custodiando cada emoción para que nunca te sientas desprotegida. Ojalá nunca tuviera que decirte adiós con la llegada de un nuevo día, por eso me he apresurado en quitarle el color y el brillo al sol, para que te quedes un poco más de tiempo junto a mí, alimentando un sueño del que nunca querré despertar.
Akasha Valentine. http://www.akashavalentine.com/akasha/
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