lunes, 17 de julio de 2017

POEMA XCIV – UN SOLO SER. AKASHA VALENTINE.



POEMA  XCIV- UN SOLO SER. AKASHA VALENTINE. 

No hables, sólo quiero verte callada, con la cabeza ligeramente inclinada, recostada sobre la almohada, olvidando que las furtivas horas juegan en nuestra contra; quédate en silencio, no juzgues a los segundos por ser breves instantes, todavía tenemos tiempo, seguimos estando juntos, ¿no? Al fin y al cabo eso es lo que importa. Cierra los ojos, deja caer tus párpados. Algunas cosas de las que no queremos hablar seguirán estando ahí cuando despertemos, por eso quiero hacer de este breve momento algo único y especial. Necesito seguir sabiendo que eres real, no una vaga ilusión que con el amanecer desaparecerá. Mejor nos mantenemos callados, sólo quiero tocarte como lo hacía en el pasado, desnudando a cada emoción sentida como si ésta fuese la primera vez que la tocase con mis propias manos. Y sólo así podré tener el valor suficiente para poder llevar mis dedos contra tu desnuda piel que, enrojecida por el calor del momento, atesora mis caricias como si fuesen regalos de los que nadie se puede deshacer. Quiero olvidarme de todo, y sólo centrarme en este mágico momento donde tú estás presente, porque lo que siento y lo que pienso son dos cosas completamente diferentes. Sé que lo que hago no es correcto, pero prefiero hacer caso omiso de este error tan grave, porque cuando te tengo olvido que eres de otro hombre, y cuando te vas recuerdo que no quiero volverte a ver, ni en mi casa ni en mi cama, y todo vuelve a empezar de nuevo, ya que cuando te miro olvido que no eres del todo mía, y de nuevo me arrastra la pesada emoción de querer tenerte para siempre dormida entre mis brazos. Y aunque me niego a creer lo que otros dicen de ti, sigo pensando que eres la mujer de mis sueños, la única que deseo con todo mi ser y la única que es capaz de hacer arder mi corazón en llamas con sólo una simple mirada. Eres todo lo que tengo y todo lo que necesito en este momento, por eso quiero que te quedes aquí dormida, olvidando por un segundo que él te espera, como yo lo hago cuando tú te vas con él y no regresas en semanas. Se me hace difícil respirar, porque de nuevo he creído que este amor imperfecto saldría bien, y he pensado por un instante que si de verdad te quiero con todas mis fuerzas mi amor, mi verdadero amor, llegaría hasta ti. Creo que lo que busco no lo encontraré jamás, pero me aterra más la idea de hacerte a un lado y olvidarte para siempre, por ello todavía sigo buscando la manera de retenerte conmigo un poco más de tiempo, antes de que de que te des cuenta de que has de marcharte. Ojalá nunca me fallen las esperanzas ni las fuerzas, ni me falte el aliento, porque la sola idea de saber que ya has abierto los ojos me hace darme cuenta de que estás lista para irte. Creo que ya no puedo seguir fingiendo por más tiempo. Esto es demasiado para los dos: pensar que no volveré a verte en días me ahoga, me deja sin razón, nubla mi juicio y enloquece mis sentidos. Tal vez sería mejor acabar con todo ello, pero mientras te siga sosteniendo entre mis manos no podré decir jamás las palabras que con tanto ahínco me he repetido hasta la saciedad. Dios, sólo con verte ya quiero besarte, cómo voy a dejar pasar esta oportunidad. Mejor olvido lo que he pensado, qué atrevida la razón que me dice cómo debo vivir mi vida, pues en esta ocasión daré mayor peso al corazón, que aunque menos sabio no me quita la razón. De nuevo vuelvo a estar herido, ya me has preguntado qué hora es. Finjo que no te he oído, tal vez sólo así olvides que no quiero verte ir; insistes de nuevo, miro y miento, sólo quiero no verte partir. Veo que sonríes, la oscuridad no puede ocultar el brillo de tus labios, por lo que vuelvo de nuevo a estar entre tus brazos, oyendo el frenético latido de tu corazón. Tal vez mañana será otro día mejor, quizás encuentres una, o quizás miles, de razones para olvidarte de que él te importa algo, pero por ahora sólo quiero disfrutar de ti, ser sólo uno, ser contigo un único ser, porque ahora que nadie nos mira sé que no hay necesidad de esconderse: al fin y al cabo, eres la mujer de otro hombre y yo sólo soy un peón en este juego al que llamamos amor.



NOTA LEGAL: Akasha Valentine 2017 ©. La autora es propietaria de esta obra y tiene todos los derechos reservados. Si ves algún poema en otra web, foro u otro medio, están cometiendo un delito, salvo que cuenten con el permiso expreso de la autora, y siempre que esté citada la fuente y la autoría.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario