POEMA XLI- MI CORAZÓN BAJO LLAVE. AKASHA VALENTINE.
Quiero que mi
corazón este bajo llave para que el dolor que siento cuando despego
tus labios de mi boca no lo encuentre y lo reclame para siempre como
su reino. Deseo que esas horas que se enredan en nuestros cabellos
como si de arena se tratase no insistan en irse antes de tiempo, para
que de esta forma siempre me vea obligado a enredar mis dedos entre
tu pelo y sienta cada segundo que permanezco a tu lado. Anhelo con
impaciencia esos pequeños suspiros que exhalas, y deseo con
impotencia recogerlos con mis propias manos para poder meterlos en
botellas de cristal donde tenerlos expuestos para toda la eternidad.
Quiero sentir en cada momento tus dedos, embriagarme con el aroma de
tu piel para después disipar la duda mientras me hundo en el dorso
de tu mano cobijando mis sueños entre tus yemas mientras imagino una
vida eterna a tu lado. ¿Qué más le puedo pedir al mundo si tú me
has dado más de lo que yo iba a reclamarle?
Son poco valiosas
estas palabras, pues su valor no sirve para pagar todo cuanto haces
por mi persona y, sin embargo, mis bolsillos vacíos y agujereados
viajan sin monedas con las que poder pagarte todo cuanto haces por
mí, así que te doy esto, pobres vocablos escritos desde lo más
profundo de mi ser, alentados por un alma sensible e impresos con la
sangre de mis venas en este viejo papel desgastado. Tranquila, puedes
estar segura de que nadie más las tendrá, porque sólo tú eres el
motor que me impulsa a escribirlas. Así que cuídalas y protégelas
con cariño, oblígalas a ser perennes cuando las siembres y riegues
con sonrisas, para que nunca se sientan abatidas por unas lágrimas
que intentaré no poner en tu rostro en lo que me quede de vida. Este
compromiso que te ofrezco no tiene fecha de caducidad, así que no
tendrás que preocuparte porque algún día cuando tus ojos se abran
a un nuevo amanecer este cuerpo por el que suspiras ya no este ahí
para protegerte como te mereces. Envidio a quienes con sus voces
cantan al amor, detesto a aquellos que con sus manos pueden
personificar a los sentimientos, pues lo único que tengo yo en mi
cabeza son estos paupérrimos términos remendados con hilos
invisibles que en cualquier momento pueden desaparecer con un simple
golpe de viento.
Es hora de decir
adiós. De despedirse de estas molestas palabras para dejar paso a
esos besos que con tanto afán espero. Mis emociones revolotean en mi
estómago como si de millones de mariposas se tratasen, corro en tu
búsqueda porque tengo miedo de perderte entre la multitud, te abrazo
con fuerza entre mis brazos, te alzo del suelo y hundo mi rostro
entre tus cabellos escondiendo una cara sonrosada por la vergüenza y
a su vez encaprichada por la figura que se muestra ante mis ojos.
Eres tú, amor, la única persona a la que estoy destinada a amar.
Tú, por quien siento que mi mundo se tambalea hasta hacerlo
inhabitable, pero a su vez siento que si extiendo mi mano tú eres mi
bote salvavidas. Dime ¿es esto real? ¿Todo cuanto siento por ti es
capaz de habitar en un corazón humano? O tal vez son sólo falsas
ilusiones de un alma incomprendida que busca el cariño a cualquier
precio. Son preguntas que no quiero hacer, pero que necesito saber,
no ahora, y quizás tampoco mañana, tal vez algún día, cuando
encuentres la llave que abre la puerta que da acceso a mi corazón.
Akasha Valentine. http://www.akashavalentine.com/akasha/
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