lunes, 8 de octubre de 2012

POEMA XL- TAL VEZ. AKASHA VALENTINE.



POEMA XL- TAL VEZ. AKASHA VALENTINE. 

Tal vez porque no lo esperaba llegó a mi vida sin previo aviso. Quería palpar su mano, así que sin darme cuenta alcé la mía para sentir a través de las yemas de mis dedos el suave y plácido calor de su piel. Me detuve para contemplarle y lo que hallé en sus ojos fue un sentimiento adormecido anhelando ser despertado por mi corazón y arropado por mi alma, así que hablé sin necesidad de palabras, con simples gestos que llenaron el vacío que dejaron atrás los silenciosos vocablos, y sostuve su rostro entre mis hombros mientras yacíamos envueltos por una capa de nieve espesa a la espera de permanecer unidos para toda la eternidad. Pero él me susurró al oído unas palabras que ya no recuerdo, porque tal vez no fueran imprescindibles, o quizás las eliminé de mi mente por miedo a perder aquellas que realmente sí merecen la pena y no pueden quedarse debido a la falta de espacio. Lo que sí recuerdo es como su temblorosa palma se aferraba a mi persona, cómo sus fríos dedos se enroscaban a los míos, y los latidos de nuestros corazones se fundían para llevar un mismo ritmo. Podíamos estar en un mismo lugar sin decirnos absolutamente nada, y aún así eramos capaces de disfrutar de esos privilegiados momentos en los que el silencio sabía colocarse en su lugar.

Nunca tuve miedo a expresar mis emociones delante de él, pues su fortaleza era mi peñon, su coraje mi impulso, su valentía mi orgullo y sus sueños mi futuro. Amarle como le amo es cada día un regalo del que nunca querré desprenderme, por eso atesoro cada momento que pasamos juntos como si fuera nuestro último día en la tierra. Por él soy capaz de hacer cualquier cosa, si me hundo, sus palabras me levantan, si me caigo sus manos me alzan, y si me desmorono lloro en sus brazos hasta que quedarme sin aliento. No concibo un mundo sin su persona, porque cuando me besa todo a mi alrededor desparece, y las estrellas nos contemplan fugazmente deseando ser un pedazo de nosotros mismos. Las estaciones pasarán, los años florecerán, pero nuestro amor seguirá siendo imperecedero, como el primer día. Quizás en algún momento, cuando la nostalgia se convierta en una parte importante de nuestras vidas, añoraré aquellos tiempos de juventud en los que descansábamos con un puñado de sueños en las manos imaginándonos lugares a los que nunca pudimos ir por falta de tiempo. El amor que nos tenemos ha madurado con los años, ahora se ha vuelto más necesitado y menos exigente, pero sigue siendo una parte importante en nuestras vidas.

Tal vez porque tenemos miedo de perdernos nos aferramos con fuerza el uno al otro. Es muy probable que algún día tengamos que decirnos adiós, tal vez no volvamos a vernos nunca más, y cuanto más lo pienso más miedo tengo de soltarle, así que nuevamente nos detenemos para contemplarnos con los ojos bien abiertos y el corazón arropado por los sentimientos. No me queda más espacio en mi pecho para albergar nuevas emociones, así que me conformaré con aquellas que elegí para ser feliz. Quiero verle sonreír una y mil noches, y otras mil más, para asegurarme de que es realmente feliz a mi lado, para poder estar tranquila y saber que con cada acto le siento más cerca, como si la distancia no fuese un impedimento. Esta noche volveré a verle, y sé que me enamoraré un poco más de su persona, estaré esperando que sus labios busquen los míos en busca de nuevos sueños en lo que podamos partir de inmediato. Tal vez por eso le quiero tanto, porque él me ha regalado una vida que nunca creí ser merecedora de poseer.  



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