POEMA LXIV- PLACER IMPÍO. AKASHA VALENTINE.
¿Qué
me ocurre? Pues ni yo lo sé ya. Solamente sé que siento dolor
cuando en mi memoria resurges de nuevo, y padezco una sed que omito
de forma constante, pero que vuelve a secar mis labios y a agrietar a
mi garganta, porque a pesar de que he bebido en miles de bocas y he
saciado mi apetito en cientos de lenguas, la tuya es la única capaz
de darme lo que quiero cuando menos lo espero. Yo quisiera ser más
egoísta para retenerte entre la pared y mi cuerpo desnudo, para
tomar de ti lo que otros sólo pueden llegar a trazar en las líneas
de la imaginación. Porque aunque no lo sepas o no quieras oírlo, mi
corazón sólo habla de ti, cada instante, cada momento y es una
dulce pero a su vez amarga tortura, pues en mi interior sólo existe
un único deseo: tú. Cuyo nombre nadie iguala aunque compartáis el
mismo apelativo; ni tu color de pelo, ni la tonalidad de tus ojos es
idéntico al de otras personas, y por ello me desespero, porque he
probado muchos cuerpos que se asemejan al tuyo pero no se parecen a
ti y al final, en el borde de la cama, en el lecho aún caliente por
los movimientos de nuestros cuerpos, aspiro un aroma que no es el
tuyo y rompo a llorar como un niño desconsolado que busca la
atención de su madre, porque quien quiero tener cerca ya está
demasiado lejos y a quien debería amar ni tan siquiera me satisface
lo más mínimo. Así que te imploro clemencia para que entiendas
cómo me siento, para que seas consciente de que sin ti mi vida no
puede tener sentido alguno.
Este
placer impío es tal hostil que me doblega a su voluntad, como mi
alma lo hace ante ti. Y si hoy volviéramos a encontrarnos, si te
dijera hola de nuevo, me pregunto: ¿Qué me responderías? No te he
olvidado, ¿cómo podría hacerlo? Si a tu lado he compartido mis
mejores momentos, he vuelto a renacer en tu corazón y he muerto en
tu interior en el clímax del deseo. Eres la única persona que me
has visto tal y como soy por dentro y por fuera. A veces me cuesta
creer que tu ausencia sea mi día a día, que tu nombre ahora sólo
sea uno más en la pequeña lista de corazones rotos. Sé que no es
fácil convertir lo horrendo en belleza, una flor marchita en una
viva, pero tampoco es sencillo vivir con la idea de que lo que ya fue
no volverá a ser, que lo que tuvimos ahora es pasado y no futuro,
que cada uno debe seguir su propio camino para ser feliz cuando en
realidad mi fortuna sólo se encuentra en tu corazón y unido a tu
destino.
Será
el desconsuelo lo que llene mi dolor en las noches en vela o la
pasión que aún vive cuando en sueños vuelves a ser sólo para mí.
Si alguna vez algo de lo que dijiste fue verdad ven a buscarme a la
calle donde la esperanza tiene el mismo nombre, donde los corazones
rotos son sanados por el perdón, donde hay retratos colgados que
demuestran que hubo un pasado común, pues las hojas tronchadas ahora
están unidas por cintas adhesivas que unen lo que tiempo atrás
otras manos separaron. Y así, con este tonto e irracional
pensamiento, sigo esperándote en el banco del olvido, con la mano
aún extendida, aguardando a que tus dedos se enreden en los míos y
tu boca me llame por mi nombre y mi corazón se una a ti, está vez
de nuevo y para siempre.
Akasha Valentine 2014 © http://www.akashavalentine.com
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