lunes, 17 de septiembre de 2012

POEMA XXXIX- EL AMOR QUE NO SE OLVIDÓ DEL TIEMPO. AKASHA VALENTINE.


POEMA XXXIX- EL AMOR QUE NO SE OLVIDÓ DEL TIEMPO. AKASHA VALENTINE.


No importa lo rápidas que sean mis zancadas o lo despacio que se muevan las manecillas de mi reloj de pulsera, bajo un cielo cubierto por luces artificiales me juré que aprendería a amar una vez más. Me repetí una y otra vez sin cesar “amaré de nuevo y aprenderé a ser amada como lo fui en mi vida pasada”. Porque con cada paso que daba quería mantener viva esa esperanza, la idea de recuperar un amor que se fue, un sentimiento que apenas tuvo tiempo o espacio para madurar, o para encapricharse de mi joven e inexperto corazón. Ojalá la nieve que un día cubrió de forma repentina esta joven alma que habita en mi interior se derrita lo más deprisa posible, para que de esta manera pueda seguir abrazando con fuerza esos sentimientos que un día se quedaron congelados en el tiempo y los cuales me impidieron ver más allá de mis propias narices. Quisiera que esa voz que un día fue mía no se marchara de mi lado, pero al igual que tu olor o tu forma de ser se fueron sin decirme adiós y tan sólo me quedó una destrozada estampa en la que todos mis sueños se hacían mil pedazos.

Me he jurado a mí misma que la noche ya no tendrá más tinieblas a las que temer, que la pena no será una condena, y la arrogancia no tendrá valor alguno en mi nueva vida que comienza con el amanecer de esta nueva mañana. Para no olvidarme de mis infinitas promesas me haré con una vieja maleta en la que meteré todos mis sueños aún por cumplir, bordaré entre sus telas todos los proyectos que aún están por llegar, y encadenaré mi propia ambición al asa para que así siempre sepa donde debo de acudir para no olvidarme de todos ellos. ¿Puedo ser honesta? ¿Afirmar que ya no me dejaré afectar más por sentimientos tan vulgares como el desconsuelo, la angustia, el tormento o el calvario? Me gustaría pensar que sí, pero tal vez este ideal de sueño sea sólo una bonita imagen compuesta por el anhelo de ser alguien merecedor de un nuevo amor. Temo ser una mujer inmadura, vulnerable en muchos aspectos y demasiado soñadora. Pero es que me siento demasiado feliz ante la idea de volver a encontrar de nuevo el amor, esa sensación que de forma única nos hace especiales aunque solamente sea durante un breve periodo de tiempo.

Tengo ganas de llorar, y eso que me había jurado a mí misma que no lo volvería a hacer, porque ahora no tengo un pecho sobre el que derramar estas lágrimas, ni un cuerpo al que rodear hasta que el desconsuelo sea sólo un amargo recuerdo. Si pudiera volver la vista atrás, estoy casi segura de que volvería a enamorarme de ti sin pensármelo dos veces, porque tú representabas mi mundo perfecto, con tu dulce apariencia vestido de cuero negro. Llámalo como quieras, el amor no consiste sólo en momentos felices, también el dolor es una parte importante en el proceso del aprendizaje. Los dos son sentimientos que no pueden estar separados porque se han jurado lealtad mutua.
Unidos de la mano llenan los corazones de muchas personas, sin embargo, la balanza siempre se inclina a favor de uno o de otro, y en mi caso perdí la partida que tanto deseaba haber ganado. 



NOTA LEGAL: Akasha Valentine 2012 ©. La autora es propietaria de esta obra y tiene todos los derechos reservados. Si ves algún poema en otra web, foro u otro medio, están cometiendo un delito, salvo que cuenten con el permiso expreso de la autora, y siempre que esté citada la fuente y la autoría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario