POEMA XXVIII- SABOR DE AMANTE. AKASHA VALENTINE.
El suave y dulce aroma de tu piel baila de forma seductora con el viento que ahora mora en esta habitación llena de personas. Brazos desnudos, cuerpos cubiertos de telas escotadas decoran las siluetas de mujeres preciosas y, sin embargo, mis ojos no pueden apartar la mirada de la escultural forma que me muestra tu espalda semidesnuda. Saboreo con lentitud el dulce olor de tu perfume, mientras dejo que mis deseos más fogosos ahoguen su sed en tu copa llena de licor. Húmedas gotas transparentes ansiosas de tocar tus labios resbalan sin remedio por la imponente figura que marca tu copa de cristal, entretanto mis impetuosos ojos las contemplan con detalle mientras éstas resbalan ansiosas por los bordes anhelando saborear una minúscula parte de los cantos carnosos que forman tus labios. Hablo al viento y cargo a la brisa que me rodea con palabras inseguras cuyo significado siempre tiene nombre de mujer. Tengo miedo a ser rechazado, y puede que a ser negado por tus labios, incluso me atrevería a decir ignorado por tus ojos cuyo color es tan intenso que cuando los contemplo me quedo sin aliento y olvido las formas que tienen las palabras. Sin darme cuenta enmudezco de golpe y mis débiles piernas se anclan al suelo que me sostiene para no caer de forma inminente rendido ante tu impresionante figura.
No quiero quedarme aquí quieto por más tiempo, esperando a que los segundos me concedan el espacio que necesito para armarme de valor y nadar hasta alcanzar la roca en la que habitan los sueños. Temo a la inseguridad, pero lo que más miedo me da es convertirme en la sombra de tu silueta, la figura que siempre te observa desde la lejanía y cuyos sentimientos crecen cada día un poco más en el interior de mi pecho hasta dejarme sin aliento. Sé que nunca encuentro el momento oportuno, las palabras necesarias, el argumento perfecto o la escena adecuada, pero es que cuando mis ojos se posan en ti, olvido todo cuanto he aprendido sobre el amor y me echo a temblar pensando en lo ridículo que debo de parecer, pues ante mí se alza la figura de una diosa llamada deseo cuyas cuerdas manejan a su antojo a este humilde corazón llamado anhelo. Tan delicada y tan preciada, eres todo cuando quiero en esta vida, no me importa nada, e ignoro a aquellas voces que me animan a abandonar este barco que viaja a la deriva en un mar de locura, demencia y paranoia. Sé que ellos no pueden entenderme, y yo no voy a malgastar esta corta vida para hacerles entender el embrujo que tienen tus palabras cuando de refilón me nombras en una conversación, aunque después no tengas nada más que añadir sobre mi persona.
Ojalá pudiera acercarme hasta ti sin miedo alguno con el único fin de poder anclar estas hermosas palabras en tus oídos. Si tuviera la capacidad de regalarte algo mágico y hermoso créeme que estas manos te construirían un palacio en la tierra al que llamaría paraíso. Si supieras cuanto significas en mi vida nunca más te sentirías sola o abandonada, porque cada minuto de tu preciada vida estarías ocupada encajando las miles de piezas que forman mi existencia, la cual te entrego de forma voluntaria para que hagas con ella lo que quieras. Si me aceptaras aunque solo fuera durante una milésima de segundo en tu vida no me importaría morir después, porque ya habría cumplido el sueño más grande de mi vida el de ser una figura visible en tus ojos. ¡Oh, Dios mío! ¿Cómo puedo ser tan afortunado? Pues he conocido algo más grande que la vida: la existencia del amor en mi pecho, la elocuencia de los sentimientos, la importancia del cariño, la razón por la que existe la ternura o la pasión entre los hombres y las mujeres. Soy una persona tan afortunada que incluso tiemblo de emoción cuando imagino que estas palabras acabarán surcando tu boca y en tus ojos brillarán unas lágrimas cuyo destino final llenará mi corazón de sentimientos contradictorios pero valorados de igual forma. Date prisa, mi amor, no te detengas. El amor está a un solo paso y en mi humilde corazón ya he bordado tu nombre con letras de oro cuyo resplandor brillará para siempre en la eternidad.
Akasha Valentine. http://www.akashavalentine.com/akasha/
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